"ICH BIN EIN BERLINER!”. VEINTE AÑOS DESPUÉS DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLIÍN, CONTINÚA PENDIENTE LA REUNIFICACIÓN ALEMANA.

El Gobierno alemán ultima los actos de conmemoración del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín con numerosas exposiciones, conciertos, concursos creativos, o la restauración del East Side Gallery, que culminarán con la “Fiesta de la libertad” en la puerta de Brandenburgo.

9 de noviembre 1989: SE festeja la caída del muro.Con la entrada del 2009, se resucitó al grupo más importante de la República Democrática Alemana (RDA): Los Puhdys a Renft, como conmemoración a los famosos conciertos The Wall Live de 1990. En ese mismo mes, enero, se inició una exposición itinerante de arte berlinés de la época del muro en Los Ángeles (EEUU), denominada “El arte de las dos Alemanias. Culturas de la Guerra Fría”. Esta fiebre por recordar aquel 9 de noviembre de 1989 llegó también a la Berlinale, donde se incluyeron proyecciones de películasdel cine clandestino de la RDA.

Ahora, con la cercanía de de esa fecha, los actos previstos se tiñen de mayor espectacularidad y así, un dominó gigante, que reconstruye el recorrido del muro, será derribado, de nuevo, el mismo día, a la misma hora, 19.25, veinte años después. Mil fichas de plástico se alinearan desde el Reichstag hasta Potsdamplatz, sin olvidar la puerta de Brandenburgo. Para que sea un acto de fiesta, se sustituirá el original color hormigón del lado este del muro por un colorido patrón, diseñado por estudiantes, asociaciones juveniles y empresas tanto de la propia Alemania como de fuera de sus fronteras. El “efecto dominó” será precedido por un concierto al aire libre, que recordará a la famosa actuación de Rostropovitch el día después de la caída del Muro.

Por el momento, ya se ha cumplido el sueño del germano-iraní Kani Alavi: reconstruir la East-Side Gallery, ya que las pintadas de turistas irrespetuosos con la Historia, han destrozado graffitis emblemáticos como el “beso de tornillo” entre los entonces presidentes, Leonidas Breznev (de la URSS) y Erich Honecker (RDA), que apenas puede reconocerse. En el programa de restauración participarán 113 de los 118 artistas que con sus pinceles rubricaron la apertura del Berlín oriental. Esos cinco artistas, ya fallecidos, serán sustituidos por otros cinco artistas actuales, que asumen gozosos el papel. Para evitar futuros vandalismos, se le añadirá una cobertura de cristal.

Veinte años después, la ciudad de Berlín se ha convertido en el Centro Cultural de Europa. Pero no todas las expectativas que levantó la desaparición del Muro se han cumplido.

La noche del 9 de noviembre de 1989 prometía ser una más. Sin embargo, una aburridísima primera rueda de prensa desde el 61 de los líderes de la RDA dio paso a la mayor fiesta de la historia alemana. Günter Schabowski con las dosis de oratoria que confiere la milicia cometió el error de anunciar la apertura del Muro.

Primero decenas, después cientos y más tarde miles de ciudadanos de los dos berlines se concentraron en los principales pasos fronterizos. “Pasaporte en regla” era la única condición. El muro se abrió para dos mujeres, que fueron seguidas por la multitud. No hubo disparos, sólo champán y reencuentros. En poco tiempo, el muro quedó derribado y todo era una fiesta que, como fiesta, duró muchas horas. Después, llegó la cruda realidad y la costosísima reunificación.

Las promesas de americanos, ingleses y franceses terminaron con la salida de los últimos representantes militares y diplomáticos y los alemanes del este se quedaron compuestos y sin avales. El soñado capitalismo huyó y la población se topó con la supervivencia del día a día en condiciones desconocidas para ellos.

La reunificación comportó casos de corrupción política pero más allá de actos delictivos, Berlín de pronto se encontró con 4,3 millones de parados, muchos de los cuales pertenecieron a la STASI (policía secreta de la RDA).

No había cabida para tanto desocupado en la sociedad capitalista y sobre todo para trabajadores desacostumbrados a competir.

Como consecuencia se ha ido creando una sociedad alternativa que ha ido ocupando ilegalmente los enormes y viejos edificios abandonados del Berlín oriental, uno de los principales atractivos de la ciudad, que se han convertido en el centro del street art europeo. Pero desde 2008, grandes multinacionales americanas y de otros países han adquirido estos edificios y el futuro de sus ocupantes es incierto.

¿Cómo podemos hablar de unificación alemana cuando en el este existe una sociedad que vive al margen?